Aires nuevos


"Hay días en que rezamos por un milagro con desesperación, y otros en que lo esperamos sin afán, como quien aguarda que los que están adelante en la fila sean atendidos porque sabe que ya casi le toca el turno". Eso fue todo lo que escribí el 20 de julio. 

Y hoy fue el día en que los milagros fluyeron, cayeron a torrentes sobre mí. Y lo mejor, no son para mí solamente. 

Quería creer y confiar en que ya casi era mi turno, sin la ansiedad que suele venir con la espera que se hace larga, y así sucedió. Simplemente esperando, agradeciendo, haciendo, confiando, todo apareció. Pero el mayor milagro de hoy fue la luz: poder ver. Ver que presionarse a uno mismo sin pausa no sirve, que lo que sirve es enfocarse. Ver que esa capacidad de escuchar para entender y no para responder sí se puede desarrollar. Ver que el otro tiene razón en medio de su dolor aunque yo vea la situación de otra manera. Ver que quienes han creído que vale la pena construir para sí y para otros han tenido razón más que quienes construyen sólo para si, porque la satisfacción es más grande cuando hay más gente para compartirla, cuando juntos hemos recorrido un camino y nos hemos enfrentado a los fantasmas que flotan en el espejo, cuando nos atrevemos a ser de nuevo niñitos que cantan, cuando a pesar del dolor y de las decepciones seguimos creyendo y andando. 

Hoy se siente como un día de senderismo por una montaña cuando uno tiene mal estado físico: uno va subiendo, primero con todo el ánimo, luego con menos velocidad, hasta que se hace necesario parar para tomar aires nuevos, para ser bendecidos con el frío de la montaña, con su humedad, con el polen, con el sonido de las aves que ya no podíamos escuchar de lo fuerte que veníamos respirando para afrontar el reto. Hoy es el día en que florece la vida, en el que el abono que todos fueron echando en mi planta surte efecto. Hoy es el día en que el aire nuevo llega a mí, y en que quiero ser aire nuevo para compartir aliento, frescura, vida, sonidos del bosque, cantos de ancestros que viven en medio de las estrellas y respiran del aire que los colibríes mueven con sus alas. 

 

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