La maldición de antaño
El pasado mantiene sobre mi una parte de su manto: su sombra.
Ya no me cobijan más sus negras noches que cubrían toda falta, ahora todo se halla expuesto.
Pero su sombra, su maldita sombra, pesa sobre mi como el aliento de la muerte.
Es posible escapar de sí mismo, pero nunca del influjo del pasado, del desmesurado poder que no consideramos que tendría en el presente perfecto que ve arruinado su día de primavera por estas nubes oscuras de lluvias tardías, de tormentas llenas de dudas, resentimientos, desconfianzas y dolores. Siempre el más hermoso día puede ser arruinado por la peor de las tormentas; esa es la maldición de antaño.
Habrá acaso un día en mi existencia que pueda escapar de las garras del pasado, en el que pueda ser perdonada como tanto lo he deseado, en el que la utopía de una vida perfecta se haga realidad?
Por el momento, me deleito retando la superstición del gato negro viviendo y dando todo mi afecto a uno, mientras espero debajo de una escalera, con mi sombrilla abierta, a que pase la tormenta y venga la calma que todos dicen que la sigue.
Ya no me cobijan más sus negras noches que cubrían toda falta, ahora todo se halla expuesto.
Pero su sombra, su maldita sombra, pesa sobre mi como el aliento de la muerte.
Es posible escapar de sí mismo, pero nunca del influjo del pasado, del desmesurado poder que no consideramos que tendría en el presente perfecto que ve arruinado su día de primavera por estas nubes oscuras de lluvias tardías, de tormentas llenas de dudas, resentimientos, desconfianzas y dolores. Siempre el más hermoso día puede ser arruinado por la peor de las tormentas; esa es la maldición de antaño.
Habrá acaso un día en mi existencia que pueda escapar de las garras del pasado, en el que pueda ser perdonada como tanto lo he deseado, en el que la utopía de una vida perfecta se haga realidad?
Por el momento, me deleito retando la superstición del gato negro viviendo y dando todo mi afecto a uno, mientras espero debajo de una escalera, con mi sombrilla abierta, a que pase la tormenta y venga la calma que todos dicen que la sigue.
Te veo bajo la lluvia en espera de mejores días... tengo fe en la fuerza de lo que llevas dentro, confío en que el cielo teje perfectamente nuestras vidas y que amanecerá pronto la existencia en la hermosura de mejores días; no como la utopía inexistente, sino como la suma de sostenidos y bemoles que hacen de tu ser una hermosa melodia, la alegría de la música que tantos amamos y que lleva por título tu nombre.
ResponderEliminarHace tiempo no tenía palabras tan hermosas y sinceras de un amigo que siento como un hermano... Todo irá mejor y no sólo depende de lo que Dios pueda hacer, sino de lo que yo le permita, y las decisiones que tome. Hoy, aunque el día esté gris, decido bailar bajo la lluvia!
ResponderEliminarte ves hermosa bailando así
ResponderEliminarHehehehe! me puse roja!!!!! gracias, casi Padre! :D
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