Tengo la capacidad de mantener armonía y equilibrio a mi alrededor.

DÍA 4: SABIDURÍA

¿Cómo te sientes luego de la introspección de ayer? Me atrevo a decir que si bien estás animado con el proceso, tienes tus reservas, porque entre más trabajas, más cosas encuentras para arreglar. Pero te invito no solamente a continuar, sino también a mantener la calma.

El mundo va tan rápido como le es posible y usualmente nos arrastra en su vertiginoso ritmo, y este trabajo no está exento de ello: queremos ver resultados ya mismo, que el sufrimiento pare, encontrar una llave mágica que solucione todos nuestros problemas. Hay quienes te dirán que esa llave no existe, ya que no hay nada que te proporcione soluciones inmediatas, pero sí la hay: es la sabiduría que posees, pero sobre todo, la sabiduría que encuentras a través de la buena actitud con todos los nombres que se le quieran poner, pero uno de los que más me gusta es optimismo.

Estamos aprendiendo a dejar de lado las excusas y de buscar culpables para encontrar explicaciones y responsables. Es lógico que no todo el tiempo estemos en el mejor modo posible, pero el solo hecho de que hayas decidido comenzar a recorrer este camino conmigo y de la mano todos los que estamos haciendo el mismo ejercicio habla de tu voluntad de ser mejor, de encontrar armonía, de encontrar tu centro, el equilibrio entre lo que eres, lo que anhelas y lo que piensas, así que tu buena actitud se hace manifiesta.

¿Y cómo se ha hecho manifiesta mi sabiduría? Fue ella quien te guió acerca de cómo comenzar a perdonar las situaciones y personas, es ella quien te está mostrando lo que no quieres, lo que no necesitas, las máscaras que te pusiste a ti mismo para protegerte de amenazas que ya no existen. Es ella quien está iluminando dentro de ti tus anhelos más profundos, así como tus heridas.

El dolor asusta, huímos de él porque es nuestro instinto natural. Aún así, todo el trabajo interno que estamos haciendo juntos acerca de nuestras emociones nos ayuda a equilibrar. Pero no es sino mirándolo todo con amor, con compasión y haciendo todo lo posible por no erigirnos como jueces sino como mediadores que encontramos nuestra capacidad de mantener armonía y equilibrio a nuestro alrededor.