La dedicación te traerá los resultados que esperas.
DÍA 8: MISERICORDIA
Ya ha pasado una semana desde que comenzamos a trabajar en nosotros mismos con la guía de la reflexión diaria y la forma en que nuestro espíritu la asimila. En esta nueva semana intentaremos organizar nuestro tiempo de formas diferentes para encontrar la que mejor nos venga, haciendo espacio, aunque sea de cinco minutos, para estar tranquilos y en silencio, sea para meditar o descansar, pero un espacio de encuentro con nosotros mismos.
Siempre hay muchísimas cosas que hacer, pero las buenas noticias es que gracias a nuestra voluntad y al amor con el que nos tratamos desde ayer, la organización de nuestras vidas se está volviendo más sencilla y tranquila y podemos resolver las cosas sin preocupación aunque con la celeridad necesaria. En lugar de preocuparnos por lo que nos falta por hacer vamos sencillamente a OCUPARNOS. Vamos a darle un lugar por escrito en nuestra agenda a aquello que queremos hacer, y vamos a comprometernos a hacer cada día algo sencillo que esté pendiente desde hace mucho, por ejemplo: escoger la ropa o los libros que ya no usamos y que sería bueno entregarle a personas que sí le den uso, enviarle un mail a un amigo con el que hemos perdido contacto, hacer alguna llamada, lo que sea. Lo que importa es que sientas que logras lo que te propones, pero hay que empezar ahora por lo pequeño para que lo grande se de poco a poco. De hecho, te sugiero hacer de primero lo que menos tengas ganas de hacer, si te sientes capaz. Al salir primero de lo que te enfada o te angustia, eliminas la fuente de ansiedad y la calma seguirá estando presente en tu cotidianidad. Eso es atenderte con misericordia, con consideración: ayudarte a ti mismo a sacarte de angustias. Y eso se logra entrando en acción en beneficio tuyo y de los que te rodean.
La dedicación te traerá los resultados que esperas. Sólo necesitas estar tranquilo pero alerta para saber leer las señales que te indican el camino.
Ya ha pasado una semana desde que comenzamos a trabajar en nosotros mismos con la guía de la reflexión diaria y la forma en que nuestro espíritu la asimila. En esta nueva semana intentaremos organizar nuestro tiempo de formas diferentes para encontrar la que mejor nos venga, haciendo espacio, aunque sea de cinco minutos, para estar tranquilos y en silencio, sea para meditar o descansar, pero un espacio de encuentro con nosotros mismos.
Siempre hay muchísimas cosas que hacer, pero las buenas noticias es que gracias a nuestra voluntad y al amor con el que nos tratamos desde ayer, la organización de nuestras vidas se está volviendo más sencilla y tranquila y podemos resolver las cosas sin preocupación aunque con la celeridad necesaria. En lugar de preocuparnos por lo que nos falta por hacer vamos sencillamente a OCUPARNOS. Vamos a darle un lugar por escrito en nuestra agenda a aquello que queremos hacer, y vamos a comprometernos a hacer cada día algo sencillo que esté pendiente desde hace mucho, por ejemplo: escoger la ropa o los libros que ya no usamos y que sería bueno entregarle a personas que sí le den uso, enviarle un mail a un amigo con el que hemos perdido contacto, hacer alguna llamada, lo que sea. Lo que importa es que sientas que logras lo que te propones, pero hay que empezar ahora por lo pequeño para que lo grande se de poco a poco. De hecho, te sugiero hacer de primero lo que menos tengas ganas de hacer, si te sientes capaz. Al salir primero de lo que te enfada o te angustia, eliminas la fuente de ansiedad y la calma seguirá estando presente en tu cotidianidad. Eso es atenderte con misericordia, con consideración: ayudarte a ti mismo a sacarte de angustias. Y eso se logra entrando en acción en beneficio tuyo y de los que te rodean.
La dedicación te traerá los resultados que esperas. Sólo necesitas estar tranquilo pero alerta para saber leer las señales que te indican el camino.
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