Instinto
Hoy de nuevo vamos hacia adentro. Ya hemos asumido una actitud, pero siempre es posible no estar seguros de si la actitud o la decisión son las correctas. Es posible que sean actitudes muy pasivas, o por el contrario muy agresivas. No hay verdades absolutas, por eso lo que en una situación puede ser visto como agresivo, en otra puede ser el único enfoque posible, o lo que en unas es visto como pasividad simplemente es un estado más reflexivo.
Por eso la sugerencia de hoy es corta y contundente. Cuando tomes una determinación o una actitud frente a algo, pregúntate como si fueras alguien externo: ¿cómo me siento al respecto? ¿qué pienso de todo esto? Si la mente no está clara, pregúntaselo a tu cuerpo. Cuando estás feliz y en paz tu cuerpo está relajado. Si al preguntarte cómo te sientes tu cuerpo se siente tenso y algo dentro de ti (tu fuerte y sabio instinto protegiéndote) te dice que algo no anda bien, escúchate. Finalmente a punta de instinto fue que la humanidad logró vivir por tantos miles de años. Haz del instinto tu amigo, y comienza a escucharlo, él es tu voz interna, tu guía. Si todo está bien, sigue adelante. Si te sientes incómodo, evalúa de nuevo y haz los cambios necesarios, cuantas veces sea necesario y aún cuando ya hayas comenzado un proceso. Siempre es posible que todo vaya mejor, y todo fluirá si te permites analizar mejor tus sensaciones respecto a tus decisiones.
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