Avanzo en mi camino con sentimientos limpios y transparentes.
DÍA 5: FUERZA Y JUSTICIA
En este quinto día, nuestras aptitudes están enfocadas en el trabajo interno y en el objetivo de equilibrar nuestras emociones, nuestra mente, nuestros anhelos y nuestros cuerpos, y nos hemos dado cuenta que podemos dejar atrás toda situación que no esté superada y que sea necesario perdonar y superar para dar paso a la pureza de nuestra alma y limpiar nuestro corazón.
Pero para limpiar, perdonar y sanar es necesario ver los recuerdos dolorosos con la mayor objetividad posible, y para ello ayuda mucho verlo como si fuéramos alguien externo que dará su opinión objetiva acerca de algo. Al no involucrarnos ni sentirnos como víctimas ni como verdugos que finalmente caen en victimizaciones diciendo que "son la peor persona del mundo", es posible ver una situación "desde afuera" así como ponernos en el lugar del otro: ¿qué pensaba? ¿qué sentía? ¿por qué reaccionó así?
Si hemos sido lastimados es a causa de dos posibilidades: por un error de percepción de nuestra parte y/o porque el otro actuó desde sus propias heridas. ¿Y qué hacemos por los demás cuando están heridos? Curarlos si nos es posible. Si no, con ponernos en sus zapatos y observar es suficiente. En este momento podemos ayudar a otros, pero lo mejor es enfocarnos en nosotros primero para que al sentirnos mucho mejor nuestra ayuda sea realmente efectiva. Y para ponernos en los zapatos de alguien que nos ha lastimado y poder ver nuestros errores y los demás en sus medidas e implicaciones reales, es necesario hacer uso de toda la justicia y al mismo tiempo de toda la fuerza que esté en nuestro alcance.
Ahora, cuando queremos observar lo que sentimos en una situación para sanarlo, de seguro necesitemos hacer uso de toda nuestra fuerza interior porque el trabajo es más complejo. Necesitamos observar un sentimiento, pero no es posible observarlo si no se siente de nuevo. Lo interesante aquí, es que hay que sentir lo que sentimos cuando nos hirieron, no lo que sentimos ahora, para poder comprender y perdonar, y así sanar el origen de la herida. Trabajando el origen, las consecuencias comienzan a verse disminuídas. Y así, sanando y apoyándonos en nuestras capacidades podremos avanzar con sentimientos limpios y transparentes.
En este quinto día, nuestras aptitudes están enfocadas en el trabajo interno y en el objetivo de equilibrar nuestras emociones, nuestra mente, nuestros anhelos y nuestros cuerpos, y nos hemos dado cuenta que podemos dejar atrás toda situación que no esté superada y que sea necesario perdonar y superar para dar paso a la pureza de nuestra alma y limpiar nuestro corazón.
Pero para limpiar, perdonar y sanar es necesario ver los recuerdos dolorosos con la mayor objetividad posible, y para ello ayuda mucho verlo como si fuéramos alguien externo que dará su opinión objetiva acerca de algo. Al no involucrarnos ni sentirnos como víctimas ni como verdugos que finalmente caen en victimizaciones diciendo que "son la peor persona del mundo", es posible ver una situación "desde afuera" así como ponernos en el lugar del otro: ¿qué pensaba? ¿qué sentía? ¿por qué reaccionó así?
Si hemos sido lastimados es a causa de dos posibilidades: por un error de percepción de nuestra parte y/o porque el otro actuó desde sus propias heridas. ¿Y qué hacemos por los demás cuando están heridos? Curarlos si nos es posible. Si no, con ponernos en sus zapatos y observar es suficiente. En este momento podemos ayudar a otros, pero lo mejor es enfocarnos en nosotros primero para que al sentirnos mucho mejor nuestra ayuda sea realmente efectiva. Y para ponernos en los zapatos de alguien que nos ha lastimado y poder ver nuestros errores y los demás en sus medidas e implicaciones reales, es necesario hacer uso de toda la justicia y al mismo tiempo de toda la fuerza que esté en nuestro alcance.
Ahora, cuando queremos observar lo que sentimos en una situación para sanarlo, de seguro necesitemos hacer uso de toda nuestra fuerza interior porque el trabajo es más complejo. Necesitamos observar un sentimiento, pero no es posible observarlo si no se siente de nuevo. Lo interesante aquí, es que hay que sentir lo que sentimos cuando nos hirieron, no lo que sentimos ahora, para poder comprender y perdonar, y así sanar el origen de la herida. Trabajando el origen, las consecuencias comienzan a verse disminuídas. Y así, sanando y apoyándonos en nuestras capacidades podremos avanzar con sentimientos limpios y transparentes.
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