Esta noche
Hoy las horas se derriten tan lentamente como las velas encendidas, y se escurren pesadamente hacia su fin como la parafina que se desliza chorreante hacia el fondo, llevándose consigo esta semana, llevándose consigo las almas buenas de dos madres y un maestro, llevándose consigo tu presencia en esta noche en la que llenas tus labios de la miel de unos nuevos, en que los humecedes con la misma cerveza que luego recorrerá tu garganta. Esta noche, ya no es sólo una complicidad frente a los otros, es también una complicidad entre ustedes, un secreto a voces, un pacto de doble vía.
Esta noche, tus sueños te llevarán a los horizontes con los que hace pocos días apenas podías soñar, imaginando cómo sería la vida estando junto a quien te llena de paz verdadera, junto a la dicha inefable de contemplar sus mejillas sonrosadas coronadas por el misterio de sus ojos oscuros, junto a la sonrisa más sincera que hubiera estado jamás plasmada en un rostro de mujer, enmarcada por su suave cabellera.
Esta noche no valdrán fiebres, ni tos, ni alguien a quien cuidar. Esta noche no vale el pasado, no valen los recuerdos de sillas o picnics, de noches tibias bañadas en vino, de lágrimas o de escapadas matutinas al parque de la iglesia, de ensalada de tomates o de paellas el día de navidad. No valen los muertos, ni vale que nuestros caminos, habiendo comenzado como un árbol cerrado, sean ahora un árbol abierto. Esta noche nada vale lo suficiente como para quitarte la ilusión que ha revivido tu alma noble. Esta noche, todo cuanto hay y existe se ha puesto de acuerdo para que el comienzo del resto de tu vida sea más feliz de lo que hubieras podido soñar.
No puedo hacer más que lo que te mereces: esperar que este buen viento y esta buena mar que ha encontrado tu ser entero te siga llevando por caminos perfumados de té de rosas y jazmines, por playas suaves y soleadas, por senderos llenos de esperanzas que lleguen hasta el cielo del cielo. Sólo puedo volver a salvarte de mí, y, salvándote a ti, salvar a toda la humanidad como bien hizo Rin con Obito. Esta noche no puedo hacer más que compartir tu felicidad.
Esta noche, tus sueños te llevarán a los horizontes con los que hace pocos días apenas podías soñar, imaginando cómo sería la vida estando junto a quien te llena de paz verdadera, junto a la dicha inefable de contemplar sus mejillas sonrosadas coronadas por el misterio de sus ojos oscuros, junto a la sonrisa más sincera que hubiera estado jamás plasmada en un rostro de mujer, enmarcada por su suave cabellera.
Esta noche no valdrán fiebres, ni tos, ni alguien a quien cuidar. Esta noche no vale el pasado, no valen los recuerdos de sillas o picnics, de noches tibias bañadas en vino, de lágrimas o de escapadas matutinas al parque de la iglesia, de ensalada de tomates o de paellas el día de navidad. No valen los muertos, ni vale que nuestros caminos, habiendo comenzado como un árbol cerrado, sean ahora un árbol abierto. Esta noche nada vale lo suficiente como para quitarte la ilusión que ha revivido tu alma noble. Esta noche, todo cuanto hay y existe se ha puesto de acuerdo para que el comienzo del resto de tu vida sea más feliz de lo que hubieras podido soñar.
No puedo hacer más que lo que te mereces: esperar que este buen viento y esta buena mar que ha encontrado tu ser entero te siga llevando por caminos perfumados de té de rosas y jazmines, por playas suaves y soleadas, por senderos llenos de esperanzas que lleguen hasta el cielo del cielo. Sólo puedo volver a salvarte de mí, y, salvándote a ti, salvar a toda la humanidad como bien hizo Rin con Obito. Esta noche no puedo hacer más que compartir tu felicidad.
me encanto!!!
ResponderEliminarGracias por leerme, Lu :D ¡Qué gusto tenerte por aquí!
Eliminar