Mi lugar en el mundo

Alguna vez en una conversación dije que a veces el paso del tiempo hace borrosas las memorias, y alguien sabio me respondió: "Ese es el efecto del tiempo. En todos nosotros tiene efecto. A veces las cosas que guardabas con recelo desaparecen sin previo aviso, incluso si después sientes el vacío que dejan ".

Eso a quienes guardan con recelo, respondí. Pero a mí, que sólo vivo, que sólo fluyo, me hace efecto más fácil. No estoy hecha para retener. Pero no soy presa voluntaria del devenir. No necesariamente. No soy presa. Porque cuando eres presa, sufres porque estás cautivo. Más bien quisiera pensar que soy una con el devenir. Que somos lo mismo, que estamos tan fundidos que no se sabe dónde termino yo y empieza él, o al revés. Es cuestión de elegir ser víctima de la vida, o simplemente vivir.

Luego el hombre sabio me preguntó: "¿Dónde está tu lugar en el devenir en este momento?"

¿En cuál de todos los aspectos que el devenir puede tocar? Total, la respuesta es la misma. Mi lugar es donde sea que me encuentre a mí misma y encuentre paz. Ya no me juzgo, ni juzgo al resto, ni espero que sean lo que yo quiero o lo que a mí me parece bien. Mi lugar es donde yo pueda ser lo que sea que yo sea realmente, y donde los demás en mi presencia también puedan ser libres de ser lo que realmente son. Lo que el hombre sabio resumió como el lugar donde alguien se siente feliz, donde se está consigo mismo y a lo que yo respondí que es lo que yo creo que es la paz, porque la gente suele asociar la felicidad a la alegría, y son diferentes. Y de nuevo, la respuesta es la misma, porque donde uno se siente en paz, se siente feliz, y viceversa.

Y me siento feliz donde y cuando puedo estar conmigo misma estando con los demás. No cuando tengo que dejar de estar conmigo para complacer, para que me quieran, para que me acepten.
Donde los demás pueden estar consigo mismos porque saben que no los invado, no los ataco, sino que los dejo ser. El sabio dijo que su lugar era donde es bienvenido. Y yo concluí diciéndole que cuando la mente está clara, las respuestas son cortas.

Pero sin importar si las respuestas son largas o cortas, porque son las tuyas, pregúntate a ti mismo dónde está tu lugar, y, teniendo esa respuesta, elige ser víctima de la vida (camino de solo espinas), o, como te sugeriría, aunque aún haya espinas pero sean más las rosas, entrégate a ti mismo, entrégate a vivir.

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