Liliana

Pura como un lirio que proviene del mar y del cielo. Tus dos nombres se manifiestan a la perfección en la forma en que tu amabilidad y lo agradable de tratar contigo opacan tu fuerte carácter. Soñadora, responsable y con mucha voluntad: quien te dio tu nombre sabía que habías nacido para soñar y con la voluntad para cumplir todos tus sueños y para dejar sembrada una semilla de admiración en todos los que te conocieran.

Esta noche comienzas a cerrar los ojos lentamente en un parpadeo que te llevará a miles de kilómetros de distancia de donde la semilla encontró un lugar fértil y seguro para nacer y crecer, de donde has vivido, amado, sufrido, reído y aprendido todo este tiempo, con la seguridad no de quien arranca una planta, sino de quien la transporta como un regalo al lugar al que se dirige.
Si fueras una planta, no serías planta de una sola flor. Te he visto florecer muchas veces mientras crecías, hasta convertirte en alguien grande, hermosa y fuerte que ahora florece perennemente, dejando su aroma por doquier. Ahora seguirás floreciendo, pero en un lugar diferente que se llenará de vida, alegría y paz con tu presencia.

Mañana, al terminar el parpadeo y abrir tus ojos de nuevo verás que todo ha cambiado, verás que tú misma lo has hecho. Mañana, al vivir tu destino y llegar a donde quieres, mirarás a tu alrededor ávida de conocerlo todo, y así entenderás el cómo y el porqué de lo que te has estado preguntando. Mañana, justo cuando te respondas las preguntas, sentirás miedo, pero bastará que simplemente que extiendas tu mano y encuentres la de él, bastará que le mires a los ojos para que entiendas que nadie escoge a nadie, que todo pasó por la sabiduría ancestral que todos llevamos dentro. Mañana, justamente mañana, tomarás las riendas y podrás elegir cuándo ser refugio o ser refugiada, serás mucho más libre que ahora de volar, serás mucho más libre de quedarte y tu capacidad de amar y aprender llegarán hasta donde las lleves.

Mañana, justo antes de que despiertes, me haré pequeña y me esconderé entre tus cabellos. Me iré contigo a donde vayas y te recordaré cambiarte las cintas de tu mano, te ayudaré a verter tu luna en la tierra y a pasar la página de las partituras en el atril. Mañana tejeremos juntas mirando la cordillera
y comiendo dátiles. Mañana y por siempre pensaré en ti, Liliana, la más pura y bella de las flores.

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