Cruz de mayo
Mañana es el día de la Santa Cruz. La cruz de mayo.
Estoy casi segura que es una tradición en vía de extinción en este mundo que cada vez se aleja más de los signos de una profesión religiosa al tiempo que busca con más sed manifestaciones y signos de un amor que es cada vez más tibio e indeleble. Todo esto, generalizando, porque al menos en mi casa aún se guarda esta tradición, aunque tampoco es poco el amor y sus formas, en lo que buscamos, en lo que logramos.
Para muchos es aún un signo de maldición, para muchos es signo de veneración, y para otros, es una palabra que produce terror.
Terror porque aunque cada cual lleva día tras día su cruz a cuestas, hay unas infinitamente más pesadas que otras. La cruz del hambre, de la desigualdad, de la tristeza. La cruz de la soledad, la de la indiferencia, o simplemente la cruz del vacío. Si fuera solamente la cruz de mayo y no la de febrero, la de diciembre, la de julio también...
Yo no sé cuál sea la cruz que cargas en tu espalda, si simplemente no la notas o te pesa tanto que no te deja ni andar. Lo único que sé es que hay una cruz que no llevas contigo: la de la libertad. En su lugar, llevas la de la opresión. Dirás que la esclavitud acabó hace mucho, pero todo lo que puedo decir es que sabes que eres esclavo de las opiniones de los demás, de la forma en que te han dicho que todo ha de ser hecho, esclavo del dinero porque sin él no tienes donde vivir ni qué comer, esclavo de tu cobardia. Ojalá algún día cambies todas esas cruces por la de la libertad. La libertad de mayo, de diciembre, de todo el año.
Estoy casi segura que es una tradición en vía de extinción en este mundo que cada vez se aleja más de los signos de una profesión religiosa al tiempo que busca con más sed manifestaciones y signos de un amor que es cada vez más tibio e indeleble. Todo esto, generalizando, porque al menos en mi casa aún se guarda esta tradición, aunque tampoco es poco el amor y sus formas, en lo que buscamos, en lo que logramos.
Para muchos es aún un signo de maldición, para muchos es signo de veneración, y para otros, es una palabra que produce terror.
Terror porque aunque cada cual lleva día tras día su cruz a cuestas, hay unas infinitamente más pesadas que otras. La cruz del hambre, de la desigualdad, de la tristeza. La cruz de la soledad, la de la indiferencia, o simplemente la cruz del vacío. Si fuera solamente la cruz de mayo y no la de febrero, la de diciembre, la de julio también...
Yo no sé cuál sea la cruz que cargas en tu espalda, si simplemente no la notas o te pesa tanto que no te deja ni andar. Lo único que sé es que hay una cruz que no llevas contigo: la de la libertad. En su lugar, llevas la de la opresión. Dirás que la esclavitud acabó hace mucho, pero todo lo que puedo decir es que sabes que eres esclavo de las opiniones de los demás, de la forma en que te han dicho que todo ha de ser hecho, esclavo del dinero porque sin él no tienes donde vivir ni qué comer, esclavo de tu cobardia. Ojalá algún día cambies todas esas cruces por la de la libertad. La libertad de mayo, de diciembre, de todo el año.
Comentarios
Publicar un comentario