El tiempo es oro

Me gusta ver cómo se puede encontrar placer en cosas sencillas, cómo el aburrimiento y la rutina nos llevan a hacer cosas impensadas.

Bien me conocen, soy una utilitarista del tiempo, una compulsiva del logro. Encontraba placer en distracciones simples como jugar, pero hasta de eso logré hartarme. Encontrando placer (ánimo, o facilidad) en pocas cosas, la idea de aprovechar internet como una posibilidad de acceder a algún tipo de bienes gratuitos. Si voy a pasar mucho tiempo en un computador para ocupar mi tiempo, al menos he de ocuparlo en algo que me represente bienestar. E hice lo impensado: me he dado a la tarea de pedir muestras gratis.

Sé que este tema poco o nada tendrá que ver con lo que hablamos normalmente. Pero el punto no es pedir o no muestras gratis, se trata de las muchas posibilidades que tenemos todos los días de aprovechar el tiempo de mil maneras distintas y simplemente dejamos que la rutina nos absorba, que el cansancio sea el dispensador de las pocas acciones diferentes que logramos esporádicamente para romper el ciclo, se trata de buscar bienestar, de ser conscientes de qué somos, qué tenemos, qué nos hace falta o nos gustaría o cómo podríamos lograrlo.

Por lo menos, saben que les pienso cada día, pero si no puedo darles tiempo de calidad, o aunque pueda, si no encuentro dentro de mi las fuerzas suficientes para sobreponerme a la pesada manta de dolor que me cubre, simplemente prefiero no venir a esta cita que poner en sus almas el mínimo dejo de incomodidad. El que persevera, alcanza. Yo he perseverado en aprovechar el tiempo, de las maneras que mejor me han parecido, hasta que ya no las encuentro atractivas. He estudiado, he jugado, he leído, y ahora, contra lo que todos creeríamos, efectivamente he recibido hoy cuatro muestras gratuitas a vuelta de correo. No sólo podré aprovecharlas, no sólo daré una retroalimentación honesta y efectiva a quienes tan generosamente me las han enviado. También entendí que el que busca, encuentra; y a veces no hace falta matarse buscando para encontrar. Entendí que siempre hay personas dispuestas a dar y a recibir, pero que hay también muchas personas dispuestas a aprovechar y a agradecer. He aprendido que el tiempo definitivamente es el oro que nosotros queramos: el oro de un regalo, de un aprendizaje. A quien le damos tiempo o recursos, le damos el oro de nuestra existencia, quien nos da tiempo o recursos, nos está entregando pedazos de su infinitud. El oro es el tangible de la eternidad, es la vida de cada vuelta de las agujas del reloj.

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