De pequeño a grande
Lo que voy a decir va a parecer sacado del cajón, pero, aunque todos esperemos cosas grandes para que el mundo cambie, lo que en realidad opera los cambios inmensos son las acciones que parecen diminutas.
Hay cambios pequeños que requieren de nuestra voluntad, y un sinnúmero de cambios que ocurren sin que los percibamos y aún así logran hacer un gran bien, o el peor de todos los males.
Pensando en el cuerpo, el cambio de sal de mesa a sal marina puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, entre llenarnos de sodio o llenarnos de vida en cada centímetro de cuerpo con cada gramo de sabor.
Pensando en las actitudes, un poco de paciencia, un segundo más de amabilidad puede hacer la diferencia entre una persona libre y feliz o una que cargue un resentimiento o una tristeza por años, puede ser la diferencia entre una amistad duradera o un irrespeto sin límites.
Pensando en el dinero, guardar hasta el último centavo nos hace infelices porque lo que queremos atesorar no es suficiente, porque lo que queremos alcanzar está lejos, y gastarlo todo sin pensar en un mañana nos conducirá a una dicha temporal, a una felicidad etérea, a una desdicha probablemente perpetua.
Pensando en el entorno, quizá para un director de una universidad cincuenta millones de pesos no sean nada, el problema es que no se da cuenta que no son suyos, sino de quienes claman por recursos para salir adelante, o simplemente por su propia seguridad ya que se encuentran en medio de estructuras que poco a poco colapsan. Entonces, todo nos pertenece, pero no como dueños, sino como administradores eficientes. Para muchos quizá un papel en la calle no sea nada más que una basura, sin ver que es un asesino silencioso, un ocupante del espacio que la belleza debería tener, un atentado a la salud, a la estética, a la vida misma.
¿Para cuántos un pajarito muerto o un perro hambriento no es más que una plaga? ¿Cuántos han dejado pasar la oportunidad de salvar un insecto aunque haya temor? ¿Qué es un insecto para ser salvado? Y aún así, esa podría ser la diferencia entre la vida y la muerte para él, entre la prosperidad y la extinción de una especie.
Y pensando en el poder... hasta la corrupción comenzó con algo pequeño, con un "es sólo por esta vez y nadie se va a dar cuenta", y miren hasta donde nos ha traído. Pero hoy, en lo que parece un acto insólito para muchos, la persona más importante de la "organización" más grande del mundo, ha dimitido de su cargo. ¿Cuál es el escándalo? Es como ser abogado en un bufete y sentir que no se puede más. Que alguien puede hacer un mejor trabajo y es bueno darle oportunidades a otras personas, que se quiere tiempo para sí, que se necesita regresar a lo que se hacía antes de tanto poder porque simplemente nos hacía más felices o nos daba más paz. Pocas cosas deberían importar más que tener paz y ser feliz.
Hasta esa renuncia comenzó con algo pequeño que se cernió sobre esa mente brillante y poderosa, de la misma manera en que todas las dictaduras, en que todo el apego al poder también surgió con algo de tamaño que ocupa una idea en el cerebro, un destello de luz en el universo, y vean también cuanto poder se ha puesto en ellas, en cada ideal que, bueno o malo, ha cambiado tantas cosas.
Es tan simple como que ustedes y yo empezamos con un par de células, es tan simple como que todo esto empezó con la idea de escribir para mi, y ahora ya sabemos todos en qué se ha convertido. Todos nos iremos así como hemos llegado. Es necesario darnos la oportunidad de ser libres, de ser felices, de hacer cuantos cambios necesitemos hacer, tal como hace un ingeniero con una máquina, hasta que funciona a la perfección. La vida también es una máquina: es una máquina de dicha y plenitud.
Hay cambios pequeños que requieren de nuestra voluntad, y un sinnúmero de cambios que ocurren sin que los percibamos y aún así logran hacer un gran bien, o el peor de todos los males.
Pensando en el cuerpo, el cambio de sal de mesa a sal marina puede ser la diferencia entre la vida y la muerte, entre llenarnos de sodio o llenarnos de vida en cada centímetro de cuerpo con cada gramo de sabor.
Pensando en las actitudes, un poco de paciencia, un segundo más de amabilidad puede hacer la diferencia entre una persona libre y feliz o una que cargue un resentimiento o una tristeza por años, puede ser la diferencia entre una amistad duradera o un irrespeto sin límites.
Pensando en el dinero, guardar hasta el último centavo nos hace infelices porque lo que queremos atesorar no es suficiente, porque lo que queremos alcanzar está lejos, y gastarlo todo sin pensar en un mañana nos conducirá a una dicha temporal, a una felicidad etérea, a una desdicha probablemente perpetua.
Pensando en el entorno, quizá para un director de una universidad cincuenta millones de pesos no sean nada, el problema es que no se da cuenta que no son suyos, sino de quienes claman por recursos para salir adelante, o simplemente por su propia seguridad ya que se encuentran en medio de estructuras que poco a poco colapsan. Entonces, todo nos pertenece, pero no como dueños, sino como administradores eficientes. Para muchos quizá un papel en la calle no sea nada más que una basura, sin ver que es un asesino silencioso, un ocupante del espacio que la belleza debería tener, un atentado a la salud, a la estética, a la vida misma.
¿Para cuántos un pajarito muerto o un perro hambriento no es más que una plaga? ¿Cuántos han dejado pasar la oportunidad de salvar un insecto aunque haya temor? ¿Qué es un insecto para ser salvado? Y aún así, esa podría ser la diferencia entre la vida y la muerte para él, entre la prosperidad y la extinción de una especie.
Y pensando en el poder... hasta la corrupción comenzó con algo pequeño, con un "es sólo por esta vez y nadie se va a dar cuenta", y miren hasta donde nos ha traído. Pero hoy, en lo que parece un acto insólito para muchos, la persona más importante de la "organización" más grande del mundo, ha dimitido de su cargo. ¿Cuál es el escándalo? Es como ser abogado en un bufete y sentir que no se puede más. Que alguien puede hacer un mejor trabajo y es bueno darle oportunidades a otras personas, que se quiere tiempo para sí, que se necesita regresar a lo que se hacía antes de tanto poder porque simplemente nos hacía más felices o nos daba más paz. Pocas cosas deberían importar más que tener paz y ser feliz.
Hasta esa renuncia comenzó con algo pequeño que se cernió sobre esa mente brillante y poderosa, de la misma manera en que todas las dictaduras, en que todo el apego al poder también surgió con algo de tamaño que ocupa una idea en el cerebro, un destello de luz en el universo, y vean también cuanto poder se ha puesto en ellas, en cada ideal que, bueno o malo, ha cambiado tantas cosas.
Es tan simple como que ustedes y yo empezamos con un par de células, es tan simple como que todo esto empezó con la idea de escribir para mi, y ahora ya sabemos todos en qué se ha convertido. Todos nos iremos así como hemos llegado. Es necesario darnos la oportunidad de ser libres, de ser felices, de hacer cuantos cambios necesitemos hacer, tal como hace un ingeniero con una máquina, hasta que funciona a la perfección. La vida también es una máquina: es una máquina de dicha y plenitud.
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