Calendario
Desde que nací el calendario ha dado veintidós vueltas. Y todo lo que ese conteo representa está grabado en algún rincón del alma, porque sé que no recuerdo tan siquiera la mitad. ¡Cuántos paseos, cuántos días sepultados en el eterno abismo del olvido!
Ni siquiera recuerdo la mitad de las celebraciones de cumpleaños, y menos las de fin de año. Llenas siempre de festejos, pero quizá tan monótonas como cualquier otra y por eso se han visto desprovistas del interés que antes me dominara, atrayéndome hacia ellas. Anhelo el día en que vea algo diferente en Navidad o en Año Nuevo. Por ahora, aunque haya habido días tachados con una equis roja bastante más ingratos que otros, todos se han acumulado para traerme hasta aquí, para sembrarme en el doceavo día del primer mes, día del fin de las cabañuelas: presagio ancestral de lo que habrá de ser el resto de los meses.
Ni siquiera recuerdo la mitad de las celebraciones de cumpleaños, y menos las de fin de año. Llenas siempre de festejos, pero quizá tan monótonas como cualquier otra y por eso se han visto desprovistas del interés que antes me dominara, atrayéndome hacia ellas. Anhelo el día en que vea algo diferente en Navidad o en Año Nuevo. Por ahora, aunque haya habido días tachados con una equis roja bastante más ingratos que otros, todos se han acumulado para traerme hasta aquí, para sembrarme en el doceavo día del primer mes, día del fin de las cabañuelas: presagio ancestral de lo que habrá de ser el resto de los meses.
No podemos controlar el clima, es verdad, pero, ¿seremos capaces de controlar nuestra propia vida? En todo caso, si mi año ha de estar regido por las cabañuelas de lo que he hecho en los albores del mes, la mayoría habrá de serme grato aunque haya nubes negras que, intencionadamente, pretendan robarme la mucha dicha que he logrado en medio de tantas penurias. Habré de conocer el mundo, de recorrerlo mientras lo toco con mis pies, mientras lo abrazo con mi ser y lo abraso con el fuego insaciable de mi curiosidad. Mientras lo descubro desnudándole ante mí, haciéndome dueña de todos sus secretos.
No sé que me deparen los días que me quedan, pero anhelo que la vida se haga para mí más llevadera. Que si tengo que seguir soportando a quienes son para mí insoportables, tenga el valor suficiente, la voluntad o simplemente la oportunidad de ignorarles por completo. Anhelo poder dejar mis huellas en el mundo como antaño, deseo ardientemente encontrar mi camino, que el universo nebuloso y eterno de mi mente me permita encontrarlo. Que al mirar el calendario cuando sus hojas ya estén por acabarse, pueda saber que cada gramo de papel es una huella de la vida infinita que ahora colma mis entrañas.
No sé que me deparen los días que me quedan, pero anhelo que la vida se haga para mí más llevadera. Que si tengo que seguir soportando a quienes son para mí insoportables, tenga el valor suficiente, la voluntad o simplemente la oportunidad de ignorarles por completo. Anhelo poder dejar mis huellas en el mundo como antaño, deseo ardientemente encontrar mi camino, que el universo nebuloso y eterno de mi mente me permita encontrarlo. Que al mirar el calendario cuando sus hojas ya estén por acabarse, pueda saber que cada gramo de papel es una huella de la vida infinita que ahora colma mis entrañas.
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