Mis siete pecados capitales contigo
Mi ser está colmado de una avaricia por tenerte, de una sed incontrolable por saciar de ti cada laguna de mi esencia, de colmar mi inteligencia de tu erudición, de sembrar en mi corazón la totalidad de tu sabiduría y complacerme eternamente en tu sublime saber.
Como hay una voluntad de hierro para amarte y defenderte resguardo una pereza perenne de decepcionarte, de hacer brotar de tus ojos una sola lágrima del dolor que producen las palabras dichas en medio de los huracanes de la ira, aunque no puedo prometerte que la soberbia nunca se interpondrá entre nosotros volviendo gélidos los rayos del sol y ennegreciendo el día con el color de la obsidiana en el día del eclipse, pero sí puedo prometerte que la gula hará su lar en nuestras almas y no se irá hasta que todo vuelva a ser como antes.
Entre tanto, mientras el pecado que falta es nuestro secreto, la vida pasa, sigamos despertando envidia con nuestra cercanía, con la adoración que me profesas y con el sí que te entrego cada día como respuesta.
Como hay una voluntad de hierro para amarte y defenderte resguardo una pereza perenne de decepcionarte, de hacer brotar de tus ojos una sola lágrima del dolor que producen las palabras dichas en medio de los huracanes de la ira, aunque no puedo prometerte que la soberbia nunca se interpondrá entre nosotros volviendo gélidos los rayos del sol y ennegreciendo el día con el color de la obsidiana en el día del eclipse, pero sí puedo prometerte que la gula hará su lar en nuestras almas y no se irá hasta que todo vuelva a ser como antes.
Entre tanto, mientras el pecado que falta es nuestro secreto, la vida pasa, sigamos despertando envidia con nuestra cercanía, con la adoración que me profesas y con el sí que te entrego cada día como respuesta.
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