Florece conmigo

Esta noche en botón tardará en florecer. El rocío de la mañana tardará en aparecer y los prados tostados del verano tardarán en reverdecer. Mi amor no tardará en golpear a tu puerta otra vez y tu no tardarás en salir para ver el alba junto a mí, para que la brisa del amanecer roce de nuevo tu blanca tez.

Nos une la sed: a mí la sed de la tinta intocable, a ti la sed de este papel que no sientes, pero que devoras con avidez y fielmente cada noche. Tengo sed de tu presencia, de las palabras que callas, de las miradas que me das. Tienes sed de leer tus propias verdades, de sentir que espío cada uno de tus días y por eso es que me sientes cerca e incluso a veces te avergüenzas al saber que te conozco tanto.

Vergüenza debería darte seguir tratando de engañarme tácitamente, de callarme en tu mente para no escucharme más. De mentirte a ti mismo hasta que te lo crees como la verdad más grande de tu vida. Yo no te estoy acusando de nada, sólo te estoy pidiendo ser sincero una vez más. Somos uno desde hace mucho, incluso antes de conocernos. Simplemente déjame darte paz con mis letras, déjame llenarnos la vida de libertad habiendo contado nuestro secreto sin poner en peligro nuestra identidad. Florece conmigo.