Gato negro

"Gatos". Palabra recurrente en mi día. Es acerca de ellos que he de escribir hoy, y esta es la idea que más me gustaría compartirte.

Si fuera un gato no quisiera ser el más tierno: no me gusta que todo el mundo quiera tocarme o abrazarme.
Si fuera un gato no quisiera ser el más amable: quisiera ser el más independiente que haya habido jamás.
Si fuera un gato... Si tan sólo fuera un gato...

Te contaré mi secreto.

Si fuera un gato quisiera ser uno negro para que los que no puedan soportar mi presencia se vayan por su cuenta, quisiera ser el más sublime de todos para que mi poder y majestad sean visibles aún para los que no me quieren ver, que aunque sea un gato negro sea tan hermoso que hasta los que me teman no puedan evitar contemplarme.

Lo sé, qué pretencioso, pero siendo un gato sería libre de deambular por los tejados, de mirar la luna y las estrellas en las noches limpias de la sabana, o los amaneceres brumosos llenos del rocío que cubre la espesura de las praderas y los eucaliptos fragantes de los cerros. Si fuera un gato, sería el líder de la caterva felina y no sólo para cazar, también para proteger. Si fuera un gato te prendarías de mi inteligencia y de la forma en que me acerco y me alejo a voluntad, te embelesaría la ternura de mis suaves ronroneos que te dicen que me deleito en tus brazos, me amarías para siempre.

¿Y si tú fueras gato?